miércoles, 2 de octubre de 2019

La importancia de educar a los pequeños en la psicología cognitiva y en la inteligencia emocional


Rafael Santandreu, autor de libros tan aplaudidos como Las gafas de la felicidad, El arte de no amargarse la vida, Ser feliz en Alaska Nada es tan terrible, habla con el diario ABC sobre la psicología cognitiva, la inteligencia emocional y la importancia de educar en ambas a los pequeños desde su niñez, entrevista de la cual rescatamos algunas pinceladas para vosotros.
Firme defensor de que la niñez es el momento idóneo para educar a los más pequeños en la psicología cognitiva e inteligencia emocional, Rafael considera clave el papel de padres y profesores a la hora de reducir la preocupante cifra de futuros adultos que sufrirán problemas emocionales en menos de medio siglo.

Asimismo, el psicólogo afirma que es muy importante enseñar a los más pequeños a ser fuertes y saludables mentalmente, desde la niñez: “La sociedad es cada vez más exigente y más neurótica, razón por la que los niños necesitan inteligencia emocional para mantenerse cuerdos. Por ello, cada vez es más relevante el papel de los progenitores y sus valiosas enseñanzas”.

Cuando muchas personas se convierten en padres y madres, como es lógico, les surgen infinidad de dudas sobre cómo educar bien a sus hijos. Santandreu aconseja, en primer lugar, la transmisión de “píldoras de psicología cognitiva o racional” como la no “necesititis”; la convicción de que necesitan poco para estar bien: “Los humanos no precisamos tener todo cubierto ni muchas comodidades para ser súper felices. También hay que activarles la fuerza del disfrute por conseguir logros hermosos al hacer cosas como estudiar o rendir en los deportes. Nunca la fuerza de la obligación”.


Sobre el uso de los móviles, Rafael asegura que debemos limitar de manera radical y urgente el tiempo que los niños pasan con objetos electrónicos: “Radicalmente, tanto el móvil, como las tabletas, como los ordenadores… No estaría nada mal que los niños hasta los 18 años no dispusieran de Internet ni de ningún aparato electrónico en casa. Eso sería lo ideal, porque está más que comprobado que el uso excesivo de aplicaciones informáticas les causa perjuicios a nivel mental”. Santandreu es tajante en ese sentido, porque el problema está en que la mayor parte de las aplicaciones creadas para niños son adictivas y “lo mejor es no jugar al juego de la adicción”, añade el psicólogo.

Una vez enganchados, la mejor manera de afrontar la adicción es suprimiendo por completo la sustancia que se volvió adictiva. Según el psicólogo: “Es la manera más fácil de superar una adicción. Por lo tanto, la manera más fácil de prevenir que los niños tengan problemas psicológicos y mentales a causa de esos aparatos es suprimirlos por completo. Yo los suprimiría sin despeinarme y estoy seguro de que lo único que consigues es hacerles bien. No necesitan esas pantallas” (si os interesa el tema, podéis leer nuestro artículo sobre “pantallas adictivas” aquí). 




Por otro lado, en su libro Nada es tan terribleSantandreu habla de que cada vez más los colegios introducen programas “antibullying” y de prevención del acoso escolar, y que un programa ideal sería aquel que seduce a los niños y les convence seriamente: “Por lo tanto, tendría que ser semanal y en clave de convencimiento, de seducción, centrado en que los buenos tratos entre las personas son la verdadera clave para alcanzar la felicidad. Pero sería muy importante que se hiciera en clave de la transformación de todas las personas y no de la persecución de los niños acosadores”.

Y, para ello, los profesores tienen un papel muy importante como educadores: “El 20% del currículo actual, de aquello que se enseña a los niños en las escuelas, debería ser de inteligencia emocional. ¿Por qué? Porque si en el presente tres de cada diez personas adultas tienen problemas emocionales y se calcula que en el año 2050 será el 50% de la población, pues esto debería ser una prioridad. Sin lugar a dudas, el mejor momento de aprenderlo es en el colegio”, rubríca Santandreu.

También los padres, como hemos visto anteriormente, son imprescindibles en la educación de los niños. Cuando un menor se porta mal, según el psicólogo, debemos mostrarle ese comportamiento como una incapacidad que él tiene y no como una capacidad negativa. “Hacerle ver que hace eso porque no sabe hacerlo bien y ofrecerle un aprendizaje divertido para conseguir alcanzar el cambio buscado. En mis libros hablo de las tres -P- del cambio. La primera es la persuasión: hemos de convencer al niño de que existe un comportamiento que tiene todas las ventajas para él y él ha de querer el cambio. En segundo lugar se encuentra la pedagogía: tienes que darle un método de aprendizaje sencillo pues así hace un buen educador. Y, por último, está la persistencia: tienes que montar un sistema de aprendizaje repetitivo porque niños y adultos no aprendemos a base de gritos, aprendemos a base de las tres -P-“, finaliza Rafael.

Fuente: https://www.abc.es/familia/vida-sana/abci-sociedad-cada-mas-exigente-urge-ninos-tengan-inteligencia-emocional-para-mantenerse-cuerdos-201910020126_noticia.html?vca=rrss&vmc=abc-es&vso=tw&vli=cm-familia


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