Los animales transmiten valores a los más pequeños, tales como la empatía, el
amor incondicional, el respeto, la responsabilidad, la compasión, la fidelidad… Es por eso que muchos expertos piensan que las mascotas son esenciales para la
buena crianza de los hijos. Incluso se ha demostrado que las personas que en la
niñez han tenido contacto con una mascota encuentran menos dificultades para
mantener una relación interpersonal positiva con otras personas. Asimismo, cuidar
de una mascota contribuye en su desarrollo educativo y social, ya que los
obliga a asumir responsabilidades, aumenta su autoestima y, en la mayoría de
los casos, mejora la integración de la familia.
Los beneficios que una mascota aporta a los niños son innumerables. En general, la compañía de un animal mejora la calidad de vida de todo ser humano, aumenta la longevidad, preserva el equilibrio físico y mental, facilita la recreación, reduce el estrés y disminuye el índice de depresión en general. Las mascotas aportan a los hogares una alegría que no se puede conseguir de otra manera. Son parte de la familia y, solo por eso, su compañía es motivo de alegría y felicidad.
Los perros y los gatos son eficaces
para el desarrollo emocional de los niños. Cuando
acariciamos a un animal nuestro cuerpo segrega endorfinas que reducen el estrés y pueden ayudar a un
buen desarrollo de la autoestima.
Los niños suelen asociar al perro o
gato con un "compañero de actividades y juegos". Jugar con los
animales significa un mundo de aprendizaje nuevo para los pequeños; puede estimular la imaginación y la
curiosidad, por tanto, que los niños jueguen con gatos o perros puede ser una fuente de calma y relajación.
Los niños que crecen con mascotas
desde bebés tienen menos riesgos de
padecer alergias y asma. Al estar expuesto al pelo de los animales desde el
nacimiento, el cuero desarrolla inmunidad ante estos agentes externos.
Si reciben un buen trato, los
animales siempre son cariñosos, y su presencia en casa ayuda a que los niños
sientan gran sensación de seguridad y
apego.
Cuando las mascotas están cerca
pueden ayudar a aliviar la ansiedad por
separación que sienten los niños cuando mamá o papá están fuera de casa. Las
mascotas dan apoyo emocional mientras los peques esperan la vuelta de los
padres a casa.
El amor incondicional y la compañía
constante de un perro o un gato fiel hará que los niños se sientan importantes,
algo que les ayudará a tener una mejor
autoestima. A su vez, eso les ayuda a mejorar
las relaciones con otras personas.
Los animales fomentan en los niños la
capacidad de cuidar de alguien. Pueden encargarse
de que los animales tengan agua limpia, darles la comida, cepillarlos, lavarlos...
A edades más adultas pueden sacarlos a pasear… Y también provocan sentimientos de competencia y seguridad, contribuyendo a fomentar la alegría y a eliminar la tristeza, la ansiedad o el miedo,
pues el niño recurre de forma habitual a su perro o gato para abrazarle y
encontrar alivio en estas situaciones.
Gracias a una mascota el
niño aprende las diferentes etapas de la vida, como el nacimiento, la
reproducción y la muerte.
En resumidas cuentas, aparte de que
la vida es mucho más divertida con una mascota en casa, los animales nos
aportan ilusión, ánimos y bienestar en todos los aspectos. Si tratamos bien a nuestra
mascota, la relación será totalmente recíproca. Si además la fortalecemos con actividades
cotidianas, como la comida, el baño o los paseos diarios, programando
actividades, tendréis una familia más unida y feliz.
Fuentes:
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