Los bebés, poseen una piel
mucho más vulnerable, fina y sensible que la de un adulto. Tiende
a secarse y a irritarse con facilidad, y tampoco es capaz de producir la
cantidad suficiente de melanina para protegerles del sol y la
radiación UV. Su característica principal suele ser la permeabilidad, por lo
que no está de más prestarle atención al caso de Amy Stinton, cuyo bebé, Oliver,
un buen día comenzó a desarrollar un sarpullido en su piel.
Según el pediatra que trató a Oliver, el recién nacido había
contraído un herpes, probablemente contagiado por el beso de otra persona. Al
parecer, cuando alguien con un herpes labial besa a un bebé, corre el peligro
de infectarle. Como su sistema inmune todavía se está desarrollando, al no
disponer de las defensas necesarias para combatir algunas enfermedades, un
simple herpes labial podría causarle daños graves al recién nacido.

Con un simple beso se pueden contagiar
varios tipos de enfermedades, por lo que no está de más tener en cuenta este
tipo de consejos a la hora de hacer carantoñas y besar a un bebé.
Fuentes:
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