miércoles, 7 de marzo de 2018

Pantallas adictivas

Según un estudio de la ONG Comon Sense, a diario, los niños americanos de menos de 8 años, pasan pegados a una pantalla de móvil una media superior a las dos horas. Cifras, cuando menos, alarmantes. En la actualidad, los dispositivos portátiles y las tablets, atraen la atención de los niños y niñas en sus primeros años de vida; entre los 0 y los 3 años. Son elementos totalmente integrados en nuestras vidas, y ahí radica el riesgo. Estas nuevas tecnologías amenazan silenciosa y peligrosamente a los menores, con lo cual, no está de más prestar atención a los expertos que aconsejan sobre el tema y plantean soluciones al respecto.

Desde bien pequeños, estamos consumiendo aplicaciones que se han diseñado para hacernos adictos a las pantallas, y abusar de los dispositivos móviles puede causar trastornos del lenguaje y del sueño en los más jóvenes, además del aislamiento social que eso significa. Las recompensas que recibimos de los juegos que consumimos a través de las redes y aplicaciones, los famosos likes o las llamas del Snapchat, generan dopamina en nuestro cerebro, conocida como la hormona de la felicidad, factor que las hace altamente adictivas. Esa substancia nos satisface, proporciona placer, y nos empuja a la búsqueda incansable de más y más recompensas. Ya hay especialistas, incluso, como el doctor Nicholas Kardaras, que acuñan términos como la “heroína digital” al hablar del tema.


En Francia, la también doctora Anne-Lise Ducanda, responsable de PMI (Protección Maternal e Infantil), ha creado, juntamente con otros profesionales de la salud; pediatras, logopedas y psicólogos, un colectivo para hacer reaccionar a las autoridades. Exigen dar un paso más en los estudios de campo, tomar medidas y advertir de los efectos nocivos que supone la sobreexposición de los más pequeños a las pantallas, como se hace con las adicciones al alcohol, el tabaco y las drogas. Por otro lado, como es lógico, la adicción a las pantallas no afecta únicamente a los más pequeños, ya que cada vez hay más adultos adictos, y sin saberlo, a la dopamina proporcionada por las recompensas obtenidas a través de las redes sociales y aplicaciones. 

En un interesante reportaje, de Paul Moreira y Adèle Flaux, producido por Premières Lignes Télévision y emitido por TV3, llamado “Pantallas adictivas”, aparecen testimonios, al margen de los doctores antes citados, de algunos de los principales líderes de la industria de las redes sociales, como Sean Parker, uno de los cofundadores de Facebook, reconociendo que esta red social se basa en el funcionamiento del cerebro y en los circuitos de recompensa cerebral, activados por la dopamina, la hormona clave a la hora de entender las adicciones. Testimonios fehacientes que nos deberían hacer reflexionar y afrontar un problema que podemos tener en nuestro propio hogar. A menudo, los padres no suelen ser conscientes del peligro de las pantallas, y los exponen a ellas sin miramientos, para así tenerlos entretenidos, sin darse cuenta de lo perjudicial que puede significar ese, a priori, insignificante y cuotidiano acto.

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