El mundo virtual se ha
convertido en parte de nuestra vida diaria, por él navegan todo tipo de personajes,
entre ellos los llamados “influencers”, que cuentan con una marca personal y legiones
de seguidores en sus redes sociales. Al popularizarse el fenómeno “instagramer”,
muchas empresas recurren a ellos para incrementar sus ventas o aumentar la
demanda de sus servicios, un negocio que puede ser peligroso, más aún para los
niños.