viernes, 12 de abril de 2019

La importancia de leer en la infancia


La lectura tiene una gran cantidad de beneficios en la vida de todas las personas y es la base de la cultura. Los libros fomentan el aprendizaje, representando un pilar fundamental en el desarrollo cognitivo y emocional de los más pequeños. Embarcarse en la lectura desde tempranas edades no solo proporciona entretenimiento y placer, que nos transportan a nuevos e interesantes mundos, sino que aporta una magnífica herencia cultural, científica y literaria.



En abril se celebra el “Día Internacional del Libro Infantil” y el “Día Internacional del Libro”, con lo cual, en Jac te invitamos a descubrir unas pautas que te pueden ayudar a convertir a tus hijos en buenos lectores. El secreto está en transformar el hábito de leer en un interesante pasatiempo y no en una obligación.

Principales beneficios de la lectura en el desarrollo de los niños:

- La lectura ayuda a desarrollar la capacidad de atención, memoria y concentración de los niños/as. Las historias y su estructura de “introducción, nudo y desenlace” fomentan que sus cerebros piensen en orden y vinculen causas, efectos y significados.

- Leer a tempranas edades favorece el aprendizaje de palabras con mayor rapidez, mejora la comprensión, la ortografía, la expresión, la redacción, ejercita el cerebro y estimula la creatividad e imaginación de los peques. De hecho, la tasa de éxito (o fracaso) escolar está fuertemente ligada a la capacidad del niño para leer y comprender adecuadamente lo que lee.

- Asimismo, la lectura permite dejar volar la imaginación, transportando al pequeño a nuevos mundos. Se despiertan entonces las propias emociones de los niños/as, aumentando la capacidad creativa y su autonomía.

- A través de la lectura incentiva, ellos/as pueden descubrir su vocación a una edad temprana. Además, la lectura les ayuda a conocer más a fondo el mundo en el que viven, a conocerse a sí mismos y a su entorno.

A pesar de que hay niños que tienen un interés natural por la lectura y otros que no lo muestran, hay algunas recomendaciones que los padres pueden tener en cuenta para motivar a los niños a leer y crear una visión positiva hacia la lectura.

¿Cómo podemos actuar para fomentar la lectura en la etapa infantil?

- Lo primero de todo es predicar con el ejemplo: los niños aprenden por imitación, y viéndote leer pueden alimentar su curiosidad. No esperes a que sean los profesores en la escuela los que obliguen a leer a los niños, acércales los libros de forma natural.

- Para que tengan contacto con la lectura, es una buena idea visitar bibliotecas y librerías. De este modo, comenzarán a familiarizarse con la búsqueda de libros y a descubrir nuevas lecturas.

- Regálales un libro. Los niños/as deben disponer de libros propios en casa. Deben tener una amplia variedad de cuentos para elegir. Incluye en sus regalos al menos uno. Véndeles la lectura como una acción divertida.

- Establece un momento del día y un lugar específico para compartir una lectura con ellos/as. Basta con 15 minutos al día aproximadamente. Es ideal crear un ambiente propicio, adaptando un rinconcito especialmente destinado a la lectura, por ejemplo, en el sofá o en una butaca junto a una lámpara.

- Pídeles opinión sobre cierta parte de la historia o sobre cómo podría haber terminado esta. La propia respuesta será una buena manera de comprobar los valores que se les inculcan en casa. Si el pequeño ha comprendido correctamente la lectura, podemos recompensarle proponiéndole juegos tras la lectura o hacer que dibuje lo que ha asimilado de la historia.

- Muéstrales los diferentes géneros literarios, para que tengan una mejor perspectiva de lo que les gusta leer.

Desgraciadamente, a día de hoy, la digitalización ha influido negativamente en la lectura. Es del todo frecuente ver a los niños entretenerse con tablets o smartphones en cualquier lugar, antes incluso de que aprendan a leer o a escribir, una etapa en la que están ávidos de recibir información y, por tanto, en la que debemos despertarles la curiosidad mediante la lectura de un libro. Por ejemplo, leyéndolo para ellos o presentándoles la lectura mediante dibujos e ilustraciones, aunque no sepan leer, para que cuando se les inicie en la lectura, en la escuela, no les resulte una actividad extraña

Fuentes:

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